Las fiestas de los pueblos son toda una guerra y hay que sobrevivir a ella de la mejor manera posible. Aquí os dejamos 10 consejos para sobrevivir a las fiestas de los pueblos.
El verano es sinónimo de piscina, acribilladas de mosquitos, helados y paella… Pero existe algo todavía más típico que todo esto: las fiestas de los pueblos.
Durante la época estival, los pueblos de nuestra provincia duplican sus habitantes; los abuelos se alegran de tener a toda la familia junta; y los amigos del pueblo están como siempre y, aunque solo os veáis una vez al año, parece que el tiempo no pasa entre vosotros. Pero si tú eres más de ciudad que el asfalto y crees que las fiestas de los pueblos son todo diversión por lo que te cuentan tus amigos con pueblo, te tenemos que decir una cosa: estar a la altura de estos eventos conlleva años de entrenamiento. Conseguir sobrevivir a las fiestas del pueblo con la L de novato de la ciudad es una ardua tarea digna del último superviviente.
Si te han invitado a las fiestas de un pueblo este verano, aquí te damos los mandamientos claves que debes tener en cuenta para no morir en el intento.
Beberás hasta la inconsciencia
Si sales de fiesta con tus amigos que tienen pueblo, te habrás percatado ya de que son los únicos que nunca terminan la noche arrastrándose por el suelo cual culebra. Lógico, esto tiene su explicación. En las fiestas de los pueblos se bebe las 24/7 y todo esto manteniendo la compostura porque nunca saben quién puede decirle a tu abuela que llevas un pedo que ni Alfredo.
Bailarás pasodobles
Francisco Alegre y olé… Mítica verbena de pueblo. Niños, mayores, ebrios, sobrios; todos juntos en una misma plaza bailando sin parar y cómo no, los pasodobles. Unas fiestas de pueblo no están completas si no te bailas un pasodoble y claro, con todo ese batiburrillo de gente puede salir cualquier cosa. Los pasodobles en las verbenas son lo más parecido a los coches de choque de la feria: te van a dar golpes, te van a empujar e incluso te pisarán y nunca recibirás un perdón, pero ojo, tú tienes que aguantar como un jabato y con compostura porque NUNCA se deja un pasodoble a medias.
Préparate para no dormir
¿Para qué vas a dormir y perder el tiempo? Nada, ya lo harás cuando vuelvas a la urbe. Aquí hay que aprovechar cada momento, el carpe diem se lleva grabado a fuego y sí, asúmelo, posiblemente el no dormir sea para beber más, pero por eso ya te hemos avisado en el primer punto.
Evitarás las resacas
Esto también está relacionado con el primer punto, lógicamente. Entedemos que no buscas la resaca, porque son de todo menos agradables, pero como se dice en estos casos «la resaca se quita bebiendo». Así que ya sabes, levántate -si es que has llegado a tumbarte- coge una cerveza y mantén el tipo, aún queda mucho día por delante.
No rechazarás nada de lo que te ofrezcan
Keep calm, no te asustes. No creo que nadie os ofrezca nada ilegal, que la pela es la pela para todos. Ahora, eso sí, grábate esto a fuego: cuando te vengan con una cerveza/cubata, NUNCA dirás que no; Tú sonríe, da las gracias y te la bebes sin rechistar. Y ya no te digo nada como sea la abuela de tu amigo la que te ofrezca comida. JAMÁS digas que no, rechazarla es blasfemia.
Harás el ridículo
Aquí sin pudor. Has ido a la fiesta del pueblo para desconectar, relajarte y disfrutar. Ten claro que tu cara a las 12:00 del día siguiente va a ser de aúpa y no digamos la ropa. Es más, seguramente acabes con un gorro, unas gafas y no sabes de dónde has sacado todos esos cachivaches. Así que ya sabes, deja en la ciudad tu vergüenza y, sobre todo, tu dignidad.
Oirás canciones que creías que habías olvidado
Aquí nos vamos a poner serios: las orquestas de pueblo deberían recibir una subvención del Estado porque son ellas las que mantienen vivos grandes temazos de la historia de nuestro país. Gracias a ellas, los jóvenes seguimos conociendo “Porropopó” o el mítico “Mi carro me lo robaron”. Y es que si hay algo más complicado que escalar el Everest o encontrar tu talla en las rebajas es conseguir introducir una canción actual en el repertorio de una orquesta de pueblo. Así que olvida toda la música actual y ve a casa de tu abuela a cogerle los discos de Manolo Escobar y ponte al día.
La limonada no hace justicia a su nombre
En todas las fiestas de pueblo que se aprecie, siempre hay una bebida típica que puede llegar a llamarse limonada o cualquier otro nombre extraño. Ninguno de estos apelativos te dará una pista de sus ingredientes, porque efectivamente esas limonadas NO llevan limón. Lo más probable es que sea vino con algún condimento. Para entender esto véase el punto 1.
Abrígate
Sé que nos vas a decir que es verano, que para qué te vas a abrigar y blablabla. Esto es serio, el tiempo en Valladolid es de broma: SIEMPRE por la noche refresca. Lleva una sudadera porque la fresca pega que da gusto y si no te abrigas serás el único que pase frío en todo el pueblo. Además de esto, recalcamos el punto 1, es también un buen método para entrar en calor.
Donde esté una charanga que se quite cualquier bar de moda
Lanzamos una propuesta a la UNESCO: las charangas deberían ser patrimonio de la humanidad. Que se quite toda discoteca y bar que se precie, porque comprobarás que un tambor y una trompeta te dan más ganas de bailar que muchos conciertos en los que has estado. Cubata en mano prepara tu cuerpo porque no vas a dejar de bailar, saltar y cantar. Aquí olvida lo de abrigarte porque vas a entrar en calor rápido con qué bonita es la amapola, pincho de tortilla y otras grandes de la charanga.
Si haces caso de estos 10 consejos y consigues terminar entero y digno las fiestas del pueblo recibirás el premio que los del pueblo conceden a los forasteros que han conseguido mantener el tipo durante todos los días de las fiestas. Este premio es una frase que mantiene tu honor y el de tu amigo: «Eh, a este te lo puedes volver a traer el año que viene a las fiestas». Y te aseguramos que después de estos días querrás volver y la fiesta para ti no será lo mismo. Eso sí, muy muy importante, pásalo bien del todo y si bebes no conduzcas. No lo olvides.