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El sillón del diablo

Os traemos una de las leyendas más conocidas en Valladolid, la del sillón del diablo.

La leyenda del sillón del diablo se remonta, ni más ni menos que a mediados del siglo XVI. Por aquel entonces, se fundó la primera cátedra de anatomía humana de España en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid donde se realizaron las primeras disecciones humanas en España.

A estas clases acudió un joven portugués de 22 años llamado Andrés de Proaza que estaba muy interesado en todo el tema de la anatomía humana.

La leyenda cuenta que ese mismo año en el que Andrés de Proaza se encontraba por Valladolid, se denunció la desaparición de un niño de 9 años. Se estuvo buscando varios días al niño, hasta que los vecinos de la calle Esgueva declararon a las autoridades de entonces que desde el sótano de la casa de Andrés, cuyas traseras darían a la actual calle de la Solanilla, se escuchaban gemidos, llantos y ruidos extraños.

Eso, ya era algo para estar alerta, pero es que además, veían salir agua con restos de sangre a través del desagüe de la casa y que provocaba que las aguas de uno del Esgueva se tiñeran de rojo.

sillón del diablo

Cuando las autoridades llegaron al lugar, encontraron algo totalmente terrorífico. En una mesa del sótano de Andrés, encontraron el cuerpo del niño de 9 años que había desaparecido y se encontraba despedazado tras haberle practicado en vida una autopsia. Además de este cuerpo, se encontraron otros de animales en la mismas circunstancias que el niño.

El propio Andrés confesó que todo aquello se debía a que tenía un pacto con el diablo. Este pacto consistía en que cuando se sentaba en una silla que tenía en su escritorio, el diablo le ofrecía toda la sabiduría que se podía poseer sobre medicina y se comunicaba con él. A raíz de eso, Andrés escribía espantosas notas sobre autopsias macabras.

Por estas acciones, Adnrés Proaza fue condenado por la Inquisición a morir en la hoguera. Todas sus posesiones, entre ellas el apodado sillón del diablo, fueron expuestos a subasta, pero nadie los quiso por la espantosa leyenda de su dueño.

Actualmente, este sillón del diablo se encuentra en el Museo de Valladolid con una cuerda para que nadie se siente y pueda, quizá, padecer lo mismo que sufrió ese chico con el diablo.

Esta leyenda tiene mucho que ver con el famoso bar El Niño Perdido. ¿Sabíais que el nombre venía por esto?

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