El vino tiene muchas utilidades y en Valladolid lo sabemos bien.
Cuántas batallas se habrán perdido por este rico manjar; cuántas amistades se habrán ganado con este elixir en el cuerpo; en fin, cuántos momentos nos habrá regalado el vino.
Desde sus orígenes allá por el Neolítico, esta bebida se ha ido introduciendo en distintas culturas y sociedades hasta implantarse como un producto más dentro de la gastronomía de cada región. Bien es cierto que hay países que destacan más que otros por su producción vitivinícola, pero lo que no podemos negar es que este elixir de dioses no falta en ninguna casa.
En el caso de Valladolid, el vino es uno de los productos estrella. Prueba de ello son las cinco denominaciones de origen que podemos encontrar en la provincia de Valladolid.
Ahora vayamos al lío, os hemos querido elaborar una lista con las cinco cosas que podéis hacer con el vino en Valladolid. Preparaos para esta magnífica ruta del mismísimo dios Baco.
Beber una buena copa de vino
Parece obvio, ¿no? Pues sí, lo es, pero por ello no es algo que debíamos pasar por alto. En muchos bares y restaurantes -por no decir en cualquiera- podéis encontrar una gran selección de vinos. En función de cómo sea el local los habrá mejores o peores, pero a un buen vino no se le puede hacer ascos.
Además de disfrutar de tu copa de vino, en algunos bares de Valladolid organizan catas que se suelen acompañar con un pequeño maridaje. Uno de estos locales es la vinoteca Señorita Malauva. En él, todos los fines de semana se organizan catas a muy buen precio y con una amplia selección de vinos. Es un plan imperdible.
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Foto: hosteleriasalamanca.
Esto ya no es tan obvio, ¿eh? Cuando te imaginas el vino lo sueles hacer en su estado líquido, que es el que habitualmente vemos, pero eso no quiere decir que no podamos verlo de otras formas.
En Valladolid, poco a poco introducen el vino en distintas recetas para darle ese toque; ya sea con vino tinto o con blanco. Así podemos encontrar postres con vino tinto, pinchos con reducción de vino, tapas con esferificaciones de esta rica bebida.
Nuestro último descubrimiento ha sido en la Pepita Burger, donde tienen una hamburguesa que han bautizado como Pepita Castellana cuya carne de ternera va acompañada de una reducción de Ribera del Duero. Una auténtica delicia de la tierra.
Vinoterapia
Foto: Bodegas Arzuaga.
En Valladolid podemos encontrar varios lugares en los que os podéis dar un capricho y disfrutar del vino y de sus cualidades. La uva ayuda a combatir el envejecimiento gracias a las vitaminas y a los polifenoles que contribuyen a que la piel mantenga la elasticidad natural y así produzca colágeno. Este ya es un motivo suficiente para hacerse una sesión de vinoterapia, pero si ha eso le sumamos el relax que supone, apaga y vámonos.
En Valladolid provincia encontramos bodegas que nos proporcionan este servicio o, incluso, entornos creados para tal efecto. En el caso de los primeros podemos tener a la bodega Arzuaga con circuitos de SPA con vino o envolturas. Por otro lado, tenemos un entorno dedicado al mundo del vino desde el punto de vista del bienestar; este es La Vida.
Tomar vino caliente
Foto: Ayuntamiento de Valladolid.
El vino en Valladolid es una maravilla incluso caliente. Como buenos inquietos, sabréis que es muy típico en los países del norte y este de Europa tomar vino caliente en invierno, sobre todo en temporada de Navidad.
Para la Navidad aún nos quedan unos meses, pero ya os lo vamos adelantando para que no os lo perdáis. En la Plaza Mayor se habilita un mercado navideño como los típicos europeos y, en él, podemos encontrar el famoso vino caliente.
Disfrútalo de fiesta
En Valladolid beber vino de fiesta o de tapeo es muy común. Por eso, podemos encontrar muchos locales y bares que te ofrecen el famoso calimocho o kalitmoxo (lo dejamos al gusto de cada uno). Hoy os diremos tres de los más conocidos por este brebaje. Uno de ellos es Vinos Merino, famoso por su tan conocido calimocho que traspasa fronteras -y también hígados-; otro de ellos es la Porronería, donde te sirven el vino con la Coca Cola en grandes recipientes de plástico; por último, pero no menos importante, está La Ferroviaria, más conocida como La Ferro, donde su calimocho es uno de los más bebidos generación tras generación.